miércoles, 4 de diciembre de 2013

SEGUIMOS DANDO ESTOPA

DUATLHON SAN MARTIN 2013.
Cada vez que estoy en la salida de una carrera esperando que el juez de turno haga sonar el silbato, me pregunto porque estoy aquí, que ganas tengo yo de pasarme una hora y media o dos sufriendo a mil pulsaciones, levantarme a las siete de la mañana, en el mejor de los casos, con un frio que pela y con el estómago revuelto por los nervios.
Hoy  13 de octubre de 2013 estamos tres naveros y medio, no por el tamaño sino porque vive en Alcorcón, en una de esas salidas. Dos pertenecemos al equipo y los otros dos son Jose y Marcos. Esta vez toca en San Martin de Valdeiglesias. Pero esta carrera no es como las anteriores, esta vez calzamos zapatillas de correr en lugar de las botas con las calas. El día acompaña, ya hemos calentado y nerviosos esperamos a que quiten la cinta.



¡Hala!, estampida, estos corredores son la leche, te meten los codos, te pisan, te pasan por encima, bueno, ya caerán. Ahora toca correr seis kilómetros por un circuito de cross rompe piernas, en los pinares de San Martin, junto al pantano de San Juan. No veas como van estos triatletas, Jose y Nano las pasan canutas para aguantar la cabeza, Marcos un poco más atrás y Cesar se reservan para la bici. Después de completar las cuatro vueltas de la carrera a pie Jose coge la bici el 17, Nano el 18, Marcos el 63 y Cesar el 82.
Ahora toca la bici, llegas jadeando a la zona de transición, te pones el casco, te cambias las zapatillas y sin poder subirte en la bici, corres hasta la señal que te permite saltar sobre la jaca, ¡uf!, esto hay que mejorarlo para el ciclo cross. Estos ahora se van a enterar, este es nuestro terreno. El circuito probablemente será de los más divertidos  de la temporada de montaña. Salimos disparados por una pista hasta que a los quinientos metros giramos y entramos en la zona de los senderos. Bajadas sinuosas y rápidas, repechos cortos y explosivos, incluso bordeamos por un terraplén del pantano, ahí se nota quien tiene técnica y no se baja de la bici.


Después de cuatro vueltas, Jose no ha conseguido echar mano a los dos triatletas que van en cabeza y además, el abuelo del montabike de San Martín, Julián Adrada, le pasa en la última vuelta de bici, así que, entra en la transición el cuarto, Mariano llega el 23, Marcos recupera hasta el 30 y Cesar  hasta el 48.
Saltas de la bici, entras en la zona de transición, tiras el casco, te calzas las zapatillas y a por las últimas vueltas a pata. Este es el momento duro de verdad, las piernas doloridas no aguantan los impactos de la carrera, tu cuerpo, que lleva una hora y pico a tope, dice basta, un malestar generalizado te recorre desde la ingle hasta la garganta, pero ahora no podemos flaquear. Volvemos al circuito de carrera y tras dos vueltas a pie llegamos a la meta. Jose este año no repite y queda cuarto, Mariano clava los tiempos del año pasado y llega el 18, aunque este año pilla pasta, Marcos llega el 35 y Cesar el 60.


Si preguntamos a un médico, probablemente nos diga que genera  el cuerpo en esa hora y media o dos de competición. Yo no lo sé, solo sé, que cuando atravieso la línea de meta ya estoy pensando en la próxima, me encuentro genial, claro mentalmente, porque físicamente estoy destrozado.


CICLO CROSS AVILA 2013.
Por fin un día que no hay que madrugar. Venga desayuna, prepara la bolsa, coge la bici que nos vamos. Ocho grados bajo cero, no me lo puedo creer. Bueno seguro que en Ávila hace menos frio y la mañana abre. Una leche, cinco bajo cero, se me van a romper los ligamentos. Bueno estamos aquí y hay que correr. Primero calentemos, diez minutos por la carretera y un par de vueltas al circuito. Parece fácil, es llano, bueno tiene muchas curvas e incluso la caracola maldita, según el espiker. No olvidemos los tablones, que sería de una carrera de ciclos cross sin sus tablones.  


A las doce de la mañana comienza la carrera de master 30 y a la una, la élite. Los pequeños y las féminas corren antes.


Mira que te lo tengo dicho, cuando estés en la salida no pienses en lo que vas a sufrir, concéntrate, elige una rueda, esa no se tiene que escapar. El juez pita, la cinta se quita y comienza la carrera. Creo que todavía no he estado en una carrera que no comience con un esprín. El grupo llega a la primera curva, a la segunda, la tercera, menudo mareo y a cada salida un latigazo. Los tablones, bájate de la bici sin partirte la rodilla, un saltito, dos y el tercero para arriba, ¿te acuerdas?, lo estuvimos entrenando en San Martín. Claro, al final, si te descuidas, te quedas el último, no veas que destreza tienen estos tíos. Pero bueno aquí hay que darlo todo, como no voy a aguantar si he corrido hasta maratones de montaña, esto esta chupao, si son solo cuarenta minutos o una hora como mucho. Una leche, esto no hay quien lo aguante, ni un segundo de respiro, ni una bajadita para recuperar, nada, y encima, en cada vuelta, los malditos tablones; cada salto que pego se me revuelven hasta las pestañas.


La mañana aguanto fría hasta el final, hasta cayeron unos copitos. La suerte fue dispar, Jose se lo curro y al final llego el sexto. Cesar no quedo el último de milagro, un problema mecánico en la primera vuelta le hizo perder el grupo y se quedó con otro el resto de la carrera y en la última vuelta, la destreza en los tablones, le permitió quedar delante.

Por cierto, destacar que nuestro vecino Norbert gano la carrera de los cadetes. 

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